miércoles, 29 de marzo de 2017

PESQUISAS TOPONÍMICAS EN TORNO A INKILLTAMBO, LA MICROCUENCA SAGRADA DEL INCA

Mario Ramos Tacca


Complejo arqueológico de Inkiltambo - Cusco
Con el propósito de explorar la peculiaridad toponímica en el circuito turístico del Cusco contemporáneo, nuestras observaciones se detienen, esta vez, en los bellísimos parajes de <Inkilltambo>, <K’allachaka>, <Wayna> y <Machu Choquekirao>, “la Micro Cuenca Sagrada del Inca”, legado cultural prehispánico comprendido en los actuales territorios de la antigua capital del Tahuantinsuyo.

Ubicada a una hora de la urbe cusqueña, en la jurisdicción de la Comunidad Campesina de Huerto en el distrito de San Sebastián, el acceso hacia la micro cuenca inicia por el barrio Alto Los Incas y, mientras avanza su recorrido, aparece frente a nosotros la imagen de un mundo distinto al que normalmente observamos en la ciudad. El aire puro, la flora nativa, los arroyos de agua cristalina y la fauna diversa nos conducen a un espacio lleno de belleza paisajística, matizado por una extraordinaria muestra de riqueza arquitectónica de la época inca y preinca.
       
Realmente, se trata de una geografía maravillosa, pues a cada extremo del lugar se pueden observar construcciones prehispánicas. Unas, abandonadas y otras en regular estado de conservación, esperando la intervención de las autoridades.
            
En efecto, las evidencias toponímicas del lugar permitieron encontrarnos con un corpus léxico de nombres propios y observar en ellas las características de su estructura morfosintáctica originaria. Estas muestras, a primera vista, nos permiten aseverar que la cuenca estuvo ocupada por distintas generaciones de habitantes bilingües del Cusco antiguo. Reiteramos que el lugar es “sagrado” por la existencia de huacas, construcciones ceremoniales, cementerios, terraplenes y andenería agrícola milenaria que flanquea el serpenteante trazo del Qhapaq Ñan que conduce hacia el Antisuyo. A unos metros más al fondo, aparece la excelsa imagen de <Wayna> y <Machu Choquekirao> que no hace mucho han sido intervenidas como parte de los trabajos de recuperación y puesta en valor de los complejos arqueológicos del circuito turístico del valle del Cusco.
         
   <Wayna> y <Machu Choquekirao>, según la descripción lingüística presenta una composición morfológica híbrida de confluencia de vocablos procedentes de la antigua lengua puquina, la lengua particular de los incas, según Garcilaso de la Vega (1609), el aimara y finalmente, el quechua.

De modo que la descripción estructural de los vocablos, nos alcanzan la siguiente información obtenida a partir de las últimas investigaciones en onomástica andina y contrastadas con fuentes lexicográficas primarias de los siglos XVI y XVII tanto para el quechua, el aimara y el puquina.

En consecuencia, Fray Domingo de Santo Tomás (1560), el Nebrija andino, en su “Vocabulario de la lengua general de los indios del Perú, llamada Quichua” define <Wayna> como “mozo, mancebo” y nosotros proponemos “reciente” en términos del tiempo transcurrido y <Machu> “antiguo” de origen quechua, respectivamente. Por otro lado, <Choque> “oro” en aimara, según Bertonio (1612) y <Quirao> formante puquina “empalizada o reducto cerrado de oro” que devienen en Wayna Choquekirao “reciente o joven reducto cerrado de oro” y Machu Choquekirao “antiguo reducto cerrado de oro”. En efecto, si uno observa detenidamente el panorama, la descripción coincide con las características geográficas de la zona, pues la explicación adquiere objetividad debido a que nuestros ancestros tenían por regla y motivación general acuñar los nombres destacando la peculiaridad geográfica de los lugares.

En el trayecto, otro espacio de condiciones formidables es <K’allachaka>, topónimo compuesto por un híbrido nominal quechumara: <K’alla> de origen aimara y <chaka> “puente” de procedencia quechua. Analizando, el Diccionario Aimara-Castellano del PEEB Puno (1985), define <K’alla> como “ave, lorito” y Bertonio (1612) en el Vocabulario de la Lengua Aymara la describe como <Kalla, kalla> con el significado de “periquito, paxaro”. De modo que la descripción toponímica se definiría como “puente posadero de los periquitos” seguro motivada por la frecuencia con que estas aves merodeaban el lugar.  

Del mismo modo, en el recorrido, se pueden apreciar los antiguos hornos coloniales de teja y cal, hecho que evidencia que la zona, también, fue ocupada por los españoles y utilizada como fuente de abastecimiento de materia prima para las construcciones virreinales del Cusco colonial.

Un poco más al fondo, sobre un empinado de características majestuosas, aparece una formidable estructura construida en un lugar estratégico. Se trata del Centro Ceremonial de <Inkilltambo>. Morfológicamente, este topónimo está formado por dos étimos de origen quechua <Inkill> “flor”, según el Vocabulario de la Lengua General de Todo el Perú, Llamada Lengua Qquichua o del Inca de Diego Gonzales Holguín (1608). Del mismo modo, el Vocabulario Políglota Incaico (1905) la define como “Flor olorosa” y <Tambo>, con rasgos del quechua chinchaisuyo, se define como “alojamiento, mesón” según el Diccionario del Quechua Sureño Unificado de Cerrón-Palomino (1988). De modo que la lectura del topónimo nos alcanza el significado de “mesón con abundantes flores aromáticas”. Se trata, pues de un complejo habitacional construido con fines religiosos, debido a que en el lugar se puede apreciar una huaca con recintos y espacios sagrados destinados al adoratorio de los dioses de la época.
            
En la actualidad, el complejo <Inkilltambo> está intervenido por el Ministerio de Cultura con trabajos de recuperación a cargo de la arqueóloga Maritza Quispe Cuiro y una cuadrilla de obreros liderados por don Nerio Huillca quienes manifiestan que el proyecto, después de cuatro años de intervención, culminará en noviembre de 2016, lo que indica que los trabajos quedarán en un 70% de su avance. Para el 2017, se espera que desde el ejecutivo se destine otra partida presupuestal significativa para la culminación de la obra.
            
Finalmente, esperamos que con este rastreo lingüístico, podamos aportar, en parte, a dilucidar el complejo panorama de la onomástica andina  en la ciudad del Cusco.
Publicado en Suplemento Cultural "Inkari" Diario El Sol del Cusco. 2017.

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